No hay cosa que más gracia me haga en este mundo que descubrir una cafeteria en cuyo exterior se pueden contemplar fotografías de los platos que ofrecen. El concepto ya es divertido (es curioso pensar cómo alguien puede necesitar ver un plato de calamares o un sandwich mixto antes de pedirlo)pero la cosa alcanza ya el nivel de genialidad cuando las fotos están quemadas por el sol y se han convertido en una especie de radiografía-negativo fluorescente radioactiva. Cuando veo una cafetería con esta bandera siempre me pregunto : Si la parte externa del local la cuidan así...¿Cómo tendrán la plancha y las freidoras estos cabrones?.
En la foto : Adivinen qué plato del menú es de más reciente creación en esta cafetería.
5 comentarios:
A veces las apariencias engañan. Sólo hay que ver lo bonito que sale el Big Mac en la tele, y los efectos de su consumo a largo plazo.
Esto sólo es superado por los minikioskos que tienen mortadelos del mismo tono azulon y fotogramagas del año 2002 y alguna que otra obra literaria en el mismo estado
Supongo que para los guiris es interasente saber cómo son las cosas. Imagínate que vas a Japón...
Pero es verdad que deberías consrvarlas mejor, eso sí.
oiga hematocrítico, no será usted el que tiene un defecto en la visión?
A mi si que me funciona ver la foto (no en ese color) para decidir que pedir. Voy a un bar y me pido X, pero luego veo el plato Y y digo, uy, pues prefiero eso etc. Y sobre todo, si vas a pedir algo por gula.
Lorena
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