¡Galletas!

Mi compañero Edu, de mi blog si no hermano al menos pariente cercano moléculas inestables me emocionó el otro día hablando de su abandono de las galletas, para pasar al mucho más adulto mundo de las tostadas. El fin de un sueño, pues sí. Que sepas que las tostadas son el paso anterior sin retorno al mundo de los Special K con moras deshidratadas y - Dios me libre - la fruta. Edu afirma comerse 200 gr de galletas por cada desayuno. Mi amigo Víctor se comía una galleta por cada campeonato del mundo de Ángel Nieto - el número 13 resultó también fatal para su ritmo alimenticio -,pero todos tenemos nuestra historia infantil galletera.
Quiero rendir aquí homenaje a mis galletas preferidas. Los bizcochos Sancho Panza tenían una curiosa propiedad, con sólo acercarse al humillo del colacao se desintegraban los enlaces moleculares que los mantenían enteros y se desplomaban en lo que parecía ser ácido sulfúrico.El resultado final era una fina capa de estratos infregables cortesía de Galletas Angulo en el fondo de la taza. Comerlas era fascinante, no sólo por lo deliciosísimas que son, sino por lo adictivo de aquella carrera por humedecerlas ligeramente y conseguir llevarlas a la boca antes del colapso.Otras que se llamaban Río y eran redondas tenían la misma propiedad, pero no me gustaban tanto.
¿Qué le ponen exactamente a las galletas? El otro día en el catálogo de Carrefour vi que un paquete con tres cilindros de Galletas María te salía por unos 50 céntimos, con lo cual ya veo yo que ambrosía y azúcar de caña no.
En fin...¿qué solíais mojar en el colacao antes y qué mojáis ahora en el café, si es que vuestras estrictas dietas os lo permiten?.¿Cual es la mejor galleta?