21 abril 2010

Pa haberme matao

Los caminos del señor son inescrutables. Vean sino la estupenda manera que ha elegido nuestro Señor para salvarle la vida a un sueco. El señor sueco, deprimido, llamó a urgencias indicando que estaba pensando en suicidarse y le dieron el teléfono de una línea de una parroquia que se encargaba de estos temas. El hombre llamó a las 2 de la mañana y se puso a charlar con un sacerdote que intentó convencerle de que la vida era maravillosa y todo eso. Y lo consiguió... quedándose sopas. Tras dos minutos de silencio, el fulano empezó a escuchar al cura RONCANDO. Pero semejante sobrada tuvo su repercusión positiva, porque de la mala leche que se pilló se le quitaron las ganas de matarse. Ahora tiene ganas de llamar a los periódicos y cagarse en la madre del sistema ese que no funciona...¿¿O TAL VEZ SÍ???


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