07 marzo 2007

¿Quién sabe dónde?


¿Qué? ¿Qué pasó con estos patinetes? Hace dos o tres años te los regalaban con cualquier cuenta bancaria o kinder sorpresa, y no había niño que no anduviera por el centro tocando los estos con los susodichos, provocando diversos incidentes con nuestras espinilleras. ¿Y ahora qué, se los comieron? O eso o hay uno en cada trastero de la península, pudriéndose con el hulahop o la botilde. ¿Y las canicas? ¿Qué pasó con esas megabolsonas de canicas que todos tuvimos? Porque biodegradables no son... ¿A dónde van los juguetes cuando se mueren?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace poco encontré un don Pimpón de plástico en casa de mi abuela. Menuda joya!

Las canicas y los juguetes de antes van a un agujero negro y se convierten en karaokes, psps, tangas y gominolas de mierda

Anónimo dijo...

Te sugiero como tema de tu glorioso blog para uno de estos días, los aparatos con nombres fliperos. Porque anda que llamar al patineto ese Nebulus... Mi tranca se llama Nemesixxx. Cuando el tunning llega a las baterías de cocina...

Anónimo dijo...

Mi alergia al turismo me impide comparar con otras villas, pero en Lacoru todos esa cosas acaban en algún rastro. Por ahora no hay ídem de minimotos o quads, pero están llenos de transportes alternativos:
-patines de esos de internet (leáse online)
-monopatines para bigfoots (leáse skates)
-bicicletas que no andan (leáse estáticas)
-bicicletas que parece que andan (leáse timos)
-rompetobillos (leáse patinetes)

Y para los vagos, también es posible encontrar abdominaisers y demás cimas del ingenio humano.