El otro día al terminar un recreo de 40 minutos, un alumno de 5 años me dijo :
- Miguel, hoy jugamos un partido contra los de la otra clase y empatamos.
- De eso nada - interrumpe uno de la otra clase - ganamos nosotros.
- ¡No es verdad!
- Sí es verdad
- Empatamos, 23 a 32.
Sin inmutarme ante lo abultado del resultado, me pongo pedagógico :
- Mmm... eso no es empatar, han ganado ellos.
- Sí que es empatar porque dijimos que ganaba el que llegara a 100.
O bien mis alumnos son unos flipados de cuidado o bien los éxitos de la selección han creado una generación de ultrafutbolistas que dará que hablar. Pero yo nunca jamás en mi vida había oído la idea de echar una pachanga... al que llegue a 100. A 100. Que no se diga que no los tengo motivados.
2 comentarios:
La lógica infantil es aplastante, igual que sus resultados deportivos.
Que sepas que he encontrado tu blog por "el hematocrito del arte" pero me quedo por el resto :P
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