Recuerdo esa sensación de niño y de adolescente, cuando los meses no pasaban a toda leche y un verano duraba como un verano. Escuchar el otro día por la calle cómo charlaban un par de adolescentes me subio los niveles de envidia en la sangre notablemente. Y no porque yo no tenga vacaciones escolares, que las tengo cuidao, pero nunca las voy a sentir asi...
Esto fue el 30 de Junio. Los dos estaban dando un paseo en bermudas, chanclas y camiseta.
- Tío, ¿qué día es hoy?
- 30.
- ¿30? ¿De Junio o de Julio?
- Eeeeeh, de Junio.
- ¿Qué? ¿Sólo quedan dos meses de verano? ¡Julio y Agosto! ¡Ya se acabó el verano, qué p*t* mierda!.
Con esas velocidades de percepción del paso del tiempo que tenemos, cuando estos desgraciados vuelvan al instituto yo ya tendré 58 años.
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