La primera vez que fui a mi nuevo dentista, el tio me dio una impresión inmejorable. Era invierno, de noche, llovía. Un señor alto y rubio, con una postura corporal impecable, me mandaba sentar. En su consulta sonaba Brahms. Al empezar la limpieza subía la música y era todo como muy de p*** madre.
Esta semana he vuelto y le he visto las costuras. Por tener la lista del Spotify abierta he descubierto que lo que hacía el tío era buscar Brahms y poner seguidas los 5 temas más populares. Es más, los discos que tenía almacenados eran recopilaciones de música clásica farrulleras... Classic Manía nosequé, lo mejor de Brahms nosecuánto. Yo que me imaginaba a mi dentista chanón en su casa, acariciando sus vinilos de Decca, renegando del sonido del CD o discutiendo con una copa de vino que qué concierto de Cello de Dvörak sonaba mejor en aquella primera grabación de 1950. Y ya veis. Menuda bajona.
4 comentarios:
Jua, jua, jua. Qué bueno.
La última vez que estuvimos en Berlín tomamos un cóctel en un sitio superguay en el que detrás de una inmensa cabina de dj un tío ponía y quitaba vinilos pinchando musiquita interesante. Tiramos de Shazam para ir sabiendo qué cojones era todo aquello. A la cuarta canción se nos cayó el mito. Resulta que el notas estaba poniendo seguida canción por canción una puta recopilación en CD y todo el paripé de quitar y poner vinilos era teatro.
Mi fisio nunca creó las expectativas suficientes para decepcionarme, en la primera cita sonó la BSO de "Gladiator".
Aunque escuchar la de 'Misión Imposible' sería más inquietante...mi hermana es dentista, a ver qué opina ella del tema
Vinilos de goma! qué cabrón.
Entre el Shazam y el Spotify se le ve el cartón a todo lo molón.
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