14 enero 2011
La ley más acatada de la historia
Paseando por oscuros barrios de mi ciudad, echo un vistazo a los bares ignotos de señores mayores y madres de Tom Waits y veo a sus habituales sentados en sillitas en el exterior en callejones por los que no pasa ni Dios y compruebo que nadie está fumando dentro. Enhorabuena a los que pensaron esta ley, la más acatada de la historia. La gente sigue aparcando en doble fila, sigue habiendo atracos y palizas, violaciones y contrabando. Pero por alguna razón que no acabo de entender, en algún lugar de España, un señor que acaba de darle una hostia a su mujer y le ha pagado en negro a un empleado, va a salir del bar para fumarse un Ducados.
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6 comentarios:
Amén, hermano.
Impecable análisis
Coincido con MC e Brat. Gran reflexion hematocritico!
Yo ya tuve ese shock en Italia hace años. Pensaba que se la iban a pasar por el forro de los cojones pero no. Yo siempre he tenido la teoría de que a los italianos les molaba porque se ligaba más con la tontería del cilindrín en la puerta en ese ambiente de camaradería, solidaridad, de fumadores contra el resto del mundo, que si dame fuego, en fin...
A mí el otro día me llegó la resolución de una denuncia q puse a un garito por servirme trilita con tónica, en la q se asume la presunción de inocencia del "envenenador", y concluyendo, q si quiero, q vaya a juicio por mi cuenta y riesgo.
Mientras tanto, los dueños de discotecas y pubs pueden seguir envenenando al personal a 10€ la copa, eso sí...
...a fumar a la puta calle!!
De acuerdo con esto y añado, me aterra toda esa turba de denunciadores que se nos viene encima, me siento judía en tiempos de los nazis, hasta he pensado que miembros de mi propia familia podrían acusarme en pleno delito (y lo peor es que esto último lo he dicho en serio...).
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