18 septiembre 2008

Cada vez que voy a tomar algo me pasa lo puto mismo

- ¿Me cobras la cocacola?
- Uno cuarenta.
Dejo dos euros en la mesa y mientras espero la vuelta ojeo medio titular de la portada de La Voz.
- Gracias
El camarero regresa enseguida con un platito blanco con una moneda de 50 céntimos y otra de 10. Cada vez que me encuentro con mi vuelta en un platito me pasa la mismo. De nuevo, regresa esa sensación. La zozobra postpago... ¿por qué coño me da un platito para eso? ¿Qué espera? Está claro que no debe esperar que le deje la moneda grande, es ridículo dejar una propina del 30% por una miserable cocacola... Y si dejo la moneda pequeña...BUFF...es ridículo. ¡Qué condescendencia! Si le dejo diez céntimos se va a pensar que quiero la sensación de sentirme guay porque dejo propinas a costa esa nimiedad, y él se va a sentir como una mierda metiendo esa moneda ridícula en su bote seguramente a reventar de monedones y billetes.¿Saco otra moneda de, queseyó, 20 del bolsillo y la pongo para completar la de 10...? Eso es una chorrada, no hay diferencia entre dejar 10 o 20 por una cocacola y 30 o 40 están demasiado próximos a 50 como para ser una opción viable. Las monedas marrones están fuera de la cuestión. ¿Entonces, lo cojo todo?. ¿Le dejo el platillo que me ha pueso descaradamente en mis narices con la única intención de que le deje propina vacío?. Irremediablemente ocurre eso, y mientras me doy la vuelta y dejo el bar me pongo los auriculares intentando aparentar normalidad, pero a una velocidad ligeramente superior a la normal porque estoy deseando desaparecer de allí para no tener que interpretar la normalmente muy de póker expresión del camarero al recoger su platito con nada. Luego salgo del bar y cinco metros más tarde se me olvida el trago que acabo de pasar que es idéntico al trago que pasaré el próximo día que pida una cocacola y el próximo día que pida un café con leche.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues a mí como si me ponen la vuelta en una bandeja de oro. ¿El precio es 1,40€? pues todo lo demás es mío y tan tranquila, tan ricamente, que pum que pam.

vinosPOP dijo...

Ai, conozco esa sensación.. pero se cura con terapia de choque. El próximo día recoge todas tus monedas lenta, muuuuuuuuy lentamente, mientras le miras a los ojos, desafiante. Y te das la vuelta lenta, muuuuuuuuuy lentamente, con sonrisa de satisfacción. Y nada de ponerse los cascos, cobarde!!
Es doloroso, pero a partir del quinto día funciona y ya deja uno de sentir nada por ellos y sus platitos blancos..

Anónimo dijo...

...mmm, qué tipa tan dura...me pone usted, vinospop.

Anónimo dijo...

Déjale monedas de chocolate...

Iñaki dijo...

La eterna duda de las propinas...
A mí también me ha pasado a veces que me larguen toda la vuelta en chatarra de a 10 céntimos, será para no tener esas dudas de ¿dejo 10? ¿dejo 50?

O' John dijo...

Esa misma mierda me pasa a mi siempre, my dear friend HematoMic. Me siento solidarizadisimo con tu sensacion hijoputa/pringao, dependiendo de la postura adoptes frente al platito juzgador

Juegan con nuestro subconsciente de buenas personas joer!!! Pero quien se habran creido q son?? Froiz??? :-S

Un apunte: Es cosa mia, o lo del platito, antes con las pesetas no pasaba? Me refiero a q ahora es un habitual, y antes a mi me daba la sensacion de q la mayoria de las veces me daban el cambio en la mano. Van a acabar poniendo platitos tambien en los concesionarios de Merdeces, por si cuela...

Anónimo dijo...

¡Buena reflexión! ¡Coño, qué complicado!

Anónimo dijo...

Llevate el platito joer.