En el Siglo XIX una epidemia sacudió las entrañas de la burguesía en los países sajones. "Histeria femenina" se le llamó a lo que es básicamente esos típicos cambios de humor que todos conocemos (ejem) y se diagnosticaba así sobre todo a las esposas victorianas que desobedecían a sus esposos. ¿La cura?. Se desarrolló un método que digamos que hizo muy populares las visitas al médico de estas atribuladas pacientes. Como se ve en este póster el médico aplicaba a la mujer un masaje vaginal hasta que ésta alcanzaba lo que se llamaba el "paroxismo histérico" que la dejaba así relajadita y contenta. Eso hasta la próxima visita claro. ¡Con qué ganas afrontarían los viajes a los médicos estas señoras!. Los médicos, que también eran aburridos señores victorianos, no fueron capaces de ver las posibilidades lúdicas de estas intervenciones y desarrollaron un aparato para ayudar a estas enfermas. El aparato fue, claro, el consolador. Y una vez más se hizo historia en la medicina. El invento debió ir tan bién que hoy por hoy esta enfermedad está erradicada.
El Hematocrítico te enseña. El Hematocrítico entretiene. Y yo te digo contento : hasta el post que viene...
6 comentarios:
¿Y esto no se "descubrió" hasta el siglo XIX??...desde luego, los chimpancés están más evolucionados que nosotros.
Y esos "pobres" médicos debian acabar con las articulaciones de los dedos echos polvo y por eso inventaron el consolador, no?.....típico, pa quitarse curro de encima.
Yo de pequenito quería ser un tocador de señoras
¿Para que se sentaran en tí y se maquillaran en tu espejo? :P viciosoteeeeeeeeee
¿Y ahora que lo has conseguido?
No, no, todavía no lo he conseguido... por Dios, ¿por quién me toma?
...y lo del "negro q abanica"... ¿¿era mentira entonces??
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