Damien Hirst es un artista londinense que me cae particularmente simpático. Obsesionado con la anatomía y con la muerte y famoso por diseccionar y meter cadáveres auténticos de animalicos en formol - véase esta ovejita bonita- que luego dan quebraderos de cabeza a los galeristas cuando - ¡qué sorpresa! - se descomponen. Su nueva obra hace que todavía le admire más por su ambición, su visión y sus enormes y durísimos testículos. Se llama "Por el amor de Dios" y es la obra de arte más valiosa de la historia. ¿Cómo de valiosa?. Es un cráneo de platino completamente cubierto de diamantes que sale pronto a la venta por...¡¡80 millones de euros!!. Si lo colocase, cosa probable, el cachondo éste se colocaría en las cotizaciones de los Picassos y los Monets del mundo. Me gusta este tío y me gusta esta propuesta, pero lo que pasa es que no me llega la pasta, que si no...
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