Un famosísimo pionero experimento psicológico llevado a cabo en la universidad de Stanford, dividió a un grupo de estudiantes mediante un sorteo en reclusos o guardias al azar, y luego simuló un entorno carcelario. En menos de 36 horas, los estudiantes estaban tan metidos en sus roles que a los que les había tocado hacer de guardias estaban abusando de su posición humillando a los pobres reclusos que empezaban a caer víctimas de ataques de ansiedad.
Un experimento parecido tiene lugar todos los fines de semana en todos los pubs.
Cuando dejas tu abrigo en una pila de abrigos en un taburete o un sofá o donde coño se dejen estas cosas, y estás cerca del montón, puedes caer en uno de estos roles.
- El que se va : Consiste en que tú estás buscanto tu chupa y algún cabrón que también tiene ahí la suya te mira fatal con cara de que tú le vas a robar la suya. Incluso pone sus manos para que no se caiga el montón mientras tú, nervioso, te disculpas e intentas apurar ante la condescendiente mirada del otro.
- El que mira : Consiste en que tú estás tan tranquilo y viene un cabrón a coger su chupa y a remover todos los abrigos, incluyendo el tuyo y el de tus amigos, y tienes que poner incluso las manos para que no se caiga el montón que ese imbécil nervioso con cara de estar disculpándose todo el tiempo anda agitando.
Lo más curioso de ese fenómeno es que muy probablemente cualquiera que deje su chupa adopte en menos de una hora, ambos roles.
1 comentario:
Qué bueno y qué bien te entendemos todos...es más, yo protagonicé hace poco uno de esos angustiosos momentos chaqueteros (como el Hemato sabrá), agravado por el hecho de que cuando una quiere recuperar su vestimenta es porque se pira, y si se quiere pirar, por algo es!
Lo que más jode en ese momento es rebuscar en la puñetera pila de vestimentas pringosas que nunca son la tuya...
Un apunte más a ese enorme libro nunca escrito de normas de la vida nocturna..."Psicología y juerga" es un buen título...
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