27 marzo 2007

La Universidad con distancia

El otro día en el gimnasio escuché la siguiente conversación entre dos veinteañeros a eso de las siete de la tarde :
- Oye, ¿qué clase se supone que teníamos que tener ahora?.
Va el otro y le responde :
- Ni puta idea.

En ese bonito intercambio va resumido lo que más anhelo de mi época universitaria. La brutal y absoluta libertad de horarios. Qué bonito aquello de que suene el despertador y empezar a pensar " bah, si total a primera me pasan los apuntes , a segunda no es obligatorio ir, voy ya a tercera directamente y luego me quedo a cuarta " para luego quedarte todo el día rascándote los estos en casa. Otra bonita opción era la improvisación in situ que te llevaba a tomar café y tapitas como si fueras un funcionario, porque un par de coleguitas para allá que se van. Pero todo ese sodomoygomorrismo lleva a una terrible condición psicológica. El síndrome del pánico al despertador. ¿Quién no ha pensado o ha escuchado este razonamiento que se da entre el humano semiadulto que termina o está a punto de acabar sus estudios universitarios?. " Yo es que no puedo, tío. No puedo madrugar. Me es imposible. LLevo seis años despertándome a las 11...¿cómo me voy a despertar a las 7 y media? Tengo que encontrar un curro para currar por las tardes, porque...Y no es por vagancia es que realmente no puedo, mi cuerpo no puede, no está adaptado. Queseyó a lo mejor es que hay gente que no puede ¿no" y demás desbarres. Si estás en esa edad, tranqui que eso te lo curan pronto.Aunque quizás no, a ti no. Quizás tú realmente no puedas, puede ser.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder, me tocaste la fibra. Que época más placentera. Lo mejor de todo es que en el 90 % de los casos, y a pesar de haberle sacado brillo a las pelotas durante cuatro años, consigues acabar la carrera.

P.D.: Todavía me acuerdo de esas burbujas que dejabas caer Facultad abajo...

Anónimo dijo...

Por aquí pulula un individuo al que sería interesante leer sus vivencias al respective. Cuenta la leyenda que este ser mitológico le tenía tanto pánico al madrugón que ha ido retrasando su reloj biológico de tal forma que ahora mismo debe vivir una semana por detrás de todos nosotros.
Si, tú, el que ha arqueado la ceja y esbozado una sonrisa chulesca...cuentanos.

P.D.
¿En la facultad también? Por dios, un chico tan mayorón!

Anónimo dijo...

P.D2.
Ahora que lo pienso....una lengua capaz de doblarse de ese modo y soltar burbujillas...debe ser mágica...bribonazo!!...pirataaaaa!!...mmmmmmmmm

Anónimo dijo...

yo no puedo

Anónimo dijo...

Nada de conducir un Audi sacando la mano por la ventanilla ... madrugar o no (al gusto) es la jodida esencia de la libertad!!!

por otro lado, muy bueno esa foto de Plutarski, claro ejemplo de que desparrame y triunfo van cogidos de lamano: después de las que montó en Delta House acabó Presidente de los EEUU!!!!

Anónimo dijo...

Yo sí que puedo ,pero sólo los días que me levanto a las 11 soy persona.

Anónimo dijo...

Hmmmmmmmmmmmmmmmm
Pueeeeeeeeeeesssss...

Q quiere q le diga...?

Amigo Cataloing, hablaba Ud de mi? ...diga q SI ande porfa... diga q SI ;-P La leyendas son las q mantienen a uno vivo ;-) SI es asi, sepa q me e ha alegrao el dia con esa referencia literaria hacia mi persona (aunque solo haya sido resaltado una de mis muchas virtudes ;-P pero me vale, me vale)

Y SI... tengo q decir q apoyo honda y profundisimamente la mocion de la unica persona q ha sido sincera en reconocer su "problema" a este respecto... hmmmmm problema??? Q problema ni q narices??? Iria, toy contigo!! Yo tampoco puedo!! :-P

Anónimo dijo...

Pos claro que iba por tí, salao!
Entre tu y yo, muchos te imitarán, otros tantos te emularán y otros pocos te vilipendiarán al no poder ser como tú.....¡¡pero si tú eres la Némesis del tipo ese al que dios ayuda pq madruga!!